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lunes, 11 de mayo de 2020

LOS “TAQUIS” Y LA FUNDACIÓN DE LIMA



LOS “TAQUIS” Y LA FUNDACIÓN DE LIMA

Luis Salazar M.



              Señala la historia que la primera ciudad que los españoles designaron como capital del Perú fue Jauja. ¿Cuáles fueron los motivos para su traslado y la posterior fundación de Lima "la Ciudad de los Reyes?


                La respuesta la encontramos en los libros de cabildos de Lima[1] que se inician en el año 1534 relatando las dificultades que afrontaban los pobladores de la ciudad española de Jauja para sobrevivir. Entre los motivos expuestos está el hecho que eran continuamente atacados por los “indios e indias yanaconas” que estaban al servicio de los españoles. 

                Los indios, en las noches, con el pretexto de hacer sus “taquis” solían reunirse, atacar y quemar los bohíos de los españoles[2]. En la reunión del cabildo del 17 de noviembre de 1534 se expuso el problema  y se acordó  autorización para dar muerte a los indios que hacían esos “taquis”. 




La versión del libro de Cabildos es la siguiente:
este día estando en el dicho cabildo e ayuntamiento los dichos señores Justicia e Regimiento dixeron que por quanto los yndios e yndias yanaconas que sirven a los españoles fazen taqui de noche de lo qual es grand perjuizio de los vezinos desta dicha cibdad por cabsa que los dichos yndios en el dicho taquyn fazen e comunican muchas Ruyndades e vellaqerias / por donde se pone fuego a los bohios de los españoles por Robar por lo qual los dichos vezinos Reciben grand perjuizio a cabsa de no tener bohios en que beuyr e por quitar tan mala costumbre e por ebitar todas las cosas suso dichas acordaron que los yndios e yndias que fueren tomadas en el taquyn fuera de bohio de español que los puedan matar syn pena/ ansy la Ronda como otro qual quier español que lo quysiere yr a castigar / lo qual lo pueda fazer syn pena nynguna/ e asy dixeron que lo mandavan e mandaron e firmaron de sus nonbres/ (Rúbrica de Francisco Pizarro)/ Juan margovejo/ sevastian de toRes/ garcia de salzedo / rodrigo de macuelas/ gregorio de sotelo (LCL I: 4).



                 Al parecer los “grandes perjuicios” no cesaron y en una nueva sesión del cabildo, el 29 de noviembre de ese año, se comenzó a discutir la posibilidad de trasladar la ciudad a los “llanos” Otro de los motivos de esta discusión fue que el gobernador Francisco Pizarro ordenó que los españoles que tenían repartimiento de indios en la costa deberían trasladarse a ella. Los vecinos fueron juntados a son de campana y terminada la exposición de motivos,  se acordó el traslado. En el LCL se anotó: “por donde conviene al seruiçio de su magestad e al bien de los pobladores é que este pueblo se mude e pase juntamente con los vezinos de los llanos para en todo sea un pueblo e aquel se acreciente”  (LCL I: 6).

                El 4 de diciembre de 1534 el Cabildo acordó nombrar una comisión para que busque  el mejor sitio para hacer el pueblo. Pizarro determinó el traslado. En la página 10 del LCL se lee:
/ porque me pareçió que anzi convenía al servicio de su magestad yo tuve por bien mudar el dicho pueblo enesta provincia de pachacama en el asyento del cacique de lima porque me parese que esta en comedio de tierra donde los dichos yndios puedan servir con poco trabajo e mejor sostenerse e por estar como esta junto a el muy buen puerto para la carga e descarga de los navios que vinyeren a estos Reynos para que de aqui se provean de las cosas nescesarias (…) (LCL I:10).
               
Después de algunos días de recorrer el valle del Rímac, los tres comisionados: Ruy Díaz, Juan Tello y Alonso Martín de don Benito dieron su veredicto el 13 de enero de 1535, en el pueblo de Pachacamac. El veredicto de Juan Tello fue el siguiente:
que el fue por mandado de su señoria juntamente con los dichos alonso martin de don benito e Rui dias a ver el dicho asyento / e que ha seys dias que lo andan mirando por toda la tierra e alRededor del dicho pueblo de Lima que le pareçe que el asyento para haçer el dicho pueblo que se ha de hazer estar muy bien en el asyento de lima porque la comarca es muy buena e tiene muy buen agua e leña e tierras para sementera e cerca del puerto de la mar e asyento ayroso y claro y desconbrado que a Razon pareçia / ser sano e tal qual conviene para asentar el dicho pueblo para que se perpetue e los yndios que an de servir en el a los vezinos no Recebiran mucho trabajo por estar como estan en comarcas del / e que esto lo que le pareçe so cargo del dicho juramento e firmolo/ Juan Tello - - (LCL I:12).

El “asiento del cacique de lima” no era un lugar desconocido por los españoles, Desde 1534 tres  sacerdotes mercedarios encabezados por Fray Miguel de Orenes, se habían establecido e incluso edificado una pequeña capilla y desde ahí “evangelizaron en Pachacama, Surco, Lurigancho, Carabaillo, etc.” (Francisco García 2000: 88).

                Los otros comisionados dieron una opinión muy parecida y el lunes 18 de enero     de ese año se fundó la nueva ciudad con el nombre de “ciudad de los reyes”:
con acuerdo e pareger de los dichos señores ofigiales de su magestad que presentes se hallaron e del dicho Rodrigo maguelas mandava e mando que el dicho pueblo de xauxa y ansy mismo el de san gallan porque no esta en asyento conviniente se pasasen a el dicho asyento e sytio por quanto quando el dicho pueblo dé xauxa se fundo el sabia que la tierra no estaua vista para que el dicho pueblo estuviese mejor fundado/ el hizo la dicha fundacion del con aditamento e condicion que se pudiese mudar en otro lugar que mejor le pareciese/ e porque agora como dicho es conviene que de los dichos pueblos se haga nueva fundagion / acordo e determino de fenecer e hazer e fundar el dicho pueblo al qual mandava e mando que se llame desde agora para sienpre jamas la cibdad de los Reyes [el resaltado es mío] el qual hizo en nonbre de la Santisima trinidad padre hijo e espíritu santo (LCL I:13-14).

Hecho esto, se procedió a trazar el lugar donde debería estar la iglesia a la que puso por nombre Nuestra Señora de la Asunción y luego al reparto de los solares. Entre los solares repartidos se consideró uno para depósito de indígenas de Tomás Herrera y dos para los de Martín de Sicilia. El jesuita Benabé Cobo escribió al describir la entrega de solares hecha por Francisco Pizarro escribió:
[...] señaló a cada uno de los conquistadores y pobladores encomenderos de indios un solar, de las cuadras más cercanas a la Plaza, en que edificasen sus casas, a algunos de los más beneméritos dio dos solares; y demás de esto que señaló para casa de su vivienda, como todavía quedaban dentro de la tierra muchas cuadras vacías, les dio otros muchos solares para huertas y ranchos de los indios de su servicio. (1935 [1639], 40. Citado por Jouve 2005:26).

Porras Barrenechea (1935) dice que se agregaron a los fundadores treinta españoles que vinieron de San Gallán y veinticinco indios de Jauja y el historiador Juan Browley considera que en el acto fundador estuvieron presentes algunos personajes no registrados en las crónicas:
Con respecto a la presencia de indios naturales, cabe admitirla, pues habrían concurrido al acto los caciques y principales a quienes se preguntaba si la erección que se consumaba no les producía perjuicio o daño. (…) Cabe también saber que en la fundación hubo negros esclavos de los conquistadores y una mujer por lo menos, la morisca Beatriz. (Browley 1935:53) 

Los problemas se iniciaron a los pocos días.

[1] (en adelante LCL)
[2] El uso de los “taquis” como un  ardid para atacar a los españoles está ilustrado por el cronista Pedro Pizarro quien estuvo en la isla de Puná cerca de Tumbes en 1532 y relata que: “el cacique della salió de paz y hizo buen rrecibimiento a los españoles y estuuo así algunos días, después de los quales acordó allarse y matar los españoles, y usó un ardid: que solía uenir con gran taqui quando benia a uesitar al Marqués. Este taqui se entiende dançando; y ansí lo hizo biniendo con sus armas, y al fin se uino a entender, y ubieron su batalla con los españoles, donde hirieron algunos soldados”. (Pizarro [1571] 1978:17)




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