"EXTRA" 28 DE FEBRERO DE 1956 |
UNA VUELTA POR LAS BOÎTES
TODO Lima duerme a pierna suelta, podía decirse pocos años atrás, a medianoche, sin que nadie dijera lo contrario. Esa condición propia de aldea, ahora ha quedado a la distancia. Si bien puede asegurarse que duerme, nadie es capaz de poner en duda que al hacerlo emplea un solo ojo.
Esta ciudad tan recogida y pudorosa ayer, hoy cuenta con más de una veintena de boîtes y restaurantes que ofrecen menús, buena música, cantantes de fama y bailarinas internacionales que hacen más tropical el verano de estos meses. Hoy una franca competencia en cuanto a novedades. Y esto se debe a que Lima crece. A las jornadas de trabajo del día sucede una efervescencia humana que rebalsa las calles. El público se agolpa en los cafés y bares, algunos charlan en las esquinas de política y discuten hasta enrojecerse, Otros van a los Té Danzant que suele ofrecer "Embassy" a partir de las cinco de la tarde. Después de las nueve los jirones quedan vacíos y antes de la media noche "la vida empieza" de nuevo en los locales nocturnos. Aquel que cuente con algunos cientos de soles puede trazar un itinerario al sitio que más se ajuste a sus gastos y a sus gustos. Por lo general, todos poseen luces suaves. Es un toque leve con el que apenas se ven las caras de los vecinos y la música es tan sugerente que los pies comienzan a moverse sin que sus propietarios se den cuenta cabal de lo que hacen.
No cabe duda que la boîte "Embassy" tiene el mejor programa de estas semanas que transcurren. Es tal lo concurrencia de parroquianos, que algunas veces se han visto obligados a cerrar sus puertas debido a la falta de capacidad de sus salones. Como es de suponer, ello se debe a Eda Lorna, bailarina uruguaya que causa sensación por sus contorsiones y su cuerpo quebradizo y la revelación chilena Manón Duncan, cuyos bailes originales esté dando un nuevo curso al género tropical. Eda es "nuestra"; bien conocida por el público local y ya casi peruana. De regreso a Lima ha venido más movediza y con repertorio que hace época. Manón en cambio hace poco llegó a Lima, y pese a ello su nombre rápidamente se ha hecho popular, Como ex-bailarina de Ballet, ha creado un estilo propio que muchos cuando quieren explicar su arte dicen: "el ritmo de Manón". La Orquesta de Richard Barris y los Huambalay, hacen el fondo musical, En el Restaurant Olímpico, actúan la tropicalísima Anakaona. Willie Arenaza y el "chabal" José Luis Reyes. El Rex ha quedado reducido a la cantante chilena Lucy Arias y al dúo Marfil y Morales y espera para marzo un conjunto de 10 chicas guapas. En el Restaurant La Laguna canta Sarita Santana; el Tico-Tico tiene su crédito en Mariel Christiams, intérprete de bailes negroides; el Deresque solo ofrece música ejecutada por la orquesta femenina de Danyla; igualmente carece de show el Grill Bolívar, cuyas orquestas son: Freddy Roland y Suspiros de España, y el Negro Negro con otra orquesta femenina: Blanca Margarita. Las Tinieblas, Las Brujas y tantos otros clubs, a cambio de ese despliegue de artistas han optado por dar más tranquilidad, más media luz, música como un terciopelo que se frotara en los oídos. En contraste con todos. El Parral rehízo sus noches criollas, con frijoles, cantantes y músicos criollos y en medio de palmadas y griteríos que solo se acaban cuando está amaneciendo.
Cada rincón posee su atractivo. El que quiere ver bellezas y cuerpos femeninos sabe a dónde ir, los que deseen tranquilidad y los que gusten de las jaranas vocingleras conocen la ruta. Después de una noche en cualquier centro de estos, se siente uno renovado y feliz y lo único que puede lamentarse es que del bolsillo hayan volado unos cientos de soles.
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